viernes, 19 de octubre de 2012

EJES PARA UNA ESTRATEGIA DE ÉTICA

a. Promover el desarrollo

Durante el último decenio la salud ha adquirido un protagonismo sin precedentes como impulsor clave del progreso socioeconómico, de tal manera que nunca se había invertido en ella tal cantidad de recursos. No obstante, la pobreza sigue contribuyendo a la mala salud, y ésta hunde a grandes poblaciones en la pobreza. El desarrollo sanitario se rige por el principio ético de equidad: el acceso a intervenciones que salvan vidas o fomentan la salud no es algo que pueda negarse por razones injustas, en particular por razones económicas o sociales. El respeto de ese principio asegura que las actividades de la OMS orientadas al desarrollo sanitario otorguen prioridad a los resultados de salud entre los grupos pobres, desfavorecidos o vulnerables. El logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud, la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas y la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas son las piedras angulares de la agenda de salud y desarrollo.

b. Fomentar la seguridad sanitaria

La vulnerabilidad común a las amenazas que acechan a la seguridad sanitaria exige medidas colectivas. Una de las mayores amenazas para la seguridad sanitaria internacional son las que provocan los brotes de enfermedades emergentes y epidimiodógenas. Esos brotes son cada vez más frecuentes, como consecuencia de la rápida urbanización, el deterioro del medio ambiente, la manera de producir y comercializar los alimentos, y la manera de usar los antibióticos. La capacidad del mundo para defenderse colectivamente de los brotes epidémicos se verá reforzada en junio de 2007, fecha de entrada en vigor del Reglamento Sanitario Internacional revisado.

c. Fortalecer los sistemas de salud

Para que las mejoras de la salud operen como estrategia de reducción de la pobreza, es necesario que los servicios de salud lleguen a las poblaciones pobres y subatendidas. En muchas partes del mundo los sistemas de salud no pueden cumplir ese objetivo, lo que hace del fortalecimiento de esos sistemas una alta prioridad de la OMS. Entre los diversos aspectos abordados cabe mencionar la disponibilidad de un número adecuado de trabajadores debidamente cualificados, una financiación suficiente, sistemas idóneos para reunir estadísticas vitales, y acceso a las tecnologías apropiadas, incluidos medicamentos esenciales.

d. Aprovechar las investigaciones, la información y los datos probatorios

Los datos probatorios son la base para establecer las prioridades, definir las estrategias y medir los resultados. La OMS genera información sanitaria fidedigna, en consulta con destacados expertos, para fijar normas, formular opciones de política basadas en la evidencia y vigilar la evolución de la situación sanitaria mundial.

e. Potenciar las alianzas

La OMS lleva a cabo su trabajo con el apoyo y colaboración de numerosos asociados, incluidos organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, donantes, entidades de la sociedad civil y el sector privado. La OMS utiliza el poder estratégico de la evidencia para alentar a los asociados que aplican los programas en los países a alinear sus actividades con las mejores directrices y prácticas técnicas, así como con las prioridades establecidas por los países.

f. Mejorar el desempeño

La OMS participa en las reformas en curso encaminadas a mejorar su eficiencia y eficacia, tanto a nivel internacional como en los países. La OMS procura que su capital más importante, esto es, su personal, trabaje en un entorno motivador y gratificante. La OMS planifica su presupuesto y sus actividades mediante la gestión basada en los resultados, en la que se definen claramente los resultados previstos para poder medir el desempeño a nivel de país, regional e internacional.

1.       CARACTERÍSTICAS DEL EJE DE INVESTIGACIÓN EN SALUD EN EL ÁMBITO PERUANO
  • La fragmentación de nuestro sistema de salud no contribuye con la rectoría y la institucionalidad política requerida en el plano de la ética de la investigación en salud.
  • No hay condiciones para el desarrollo de la bioética en el ámbito del Consejo Nacional de Salud. Se carece de una previsión legal que taxativamente prevea el desarrollo ético, además, la institucionalidad del Comité instaurado es débil;
  • Es incipiente el marco normativo – léase conjunto de dispositivos legales – para la protección de los derechos de las personas que pudiesen resultar afectados por la acción investigadora acorde con los estándares del Sistema de Naciones Unidas.
  • Pese a contar con un marco legislativo de descentralización, la derivación de la función de gestión de la investigación en salud a nivel regional y local es ínfima y esto va en estrecha relación con la transferencia de un estándar ético adecuado que idóneamente puede asumirlo la conformación de una Comisión Nacional de ética en investigación en el país.
2.       CONCLUSIONES
Tres cuestiones surgen de esta suerte de diagnosis del sistema. La primera es que la creación de una Comisión Nacional sobre Ética de la Investigación en Salud es necesaria, dicha Comisión podría enmarcarse en un desarrollo legislativo vinculado con los derechos fundamentales y las cuestiones éticas en los ejes de investigación biomédica. Su desarrollo a nivel mundial es inevitable frente a los avances científicos y tecnológicos en el área de salud, que generan conflictos éticos que a su vez requieren reflexiones profundas y herramientas necesarias para establecer las mejores soluciones.
La segunda cuestión, que complementa a la primera, es que se debe promover una corriente favorable al acrecentamiento de la protección de los derechos de las personas sujetas de investigación. Un conjunto de iniciativas que cubran los actuales vacíos referidos a temas que van desde la protección de datos personales o la extensión del principio de autonomía hasta la articulación y supervisión de los CEI, se hacen entonces necesarias. Para ello la vinculación con actores de la sociedad civil que puedan hacer suyas las propuestas, y favorecer comunidades epistémicas en torno a ellas resulta fundamental. Los espacios relacionados con la promoción y difusión de la Bioética y Derechos Humanos que actualmente está promoviendo el Instituto Nacional de Salud a través de la Oficina General de Investigación y Transferencia Tecnológica, y el Comité Institucional de Ética en Investigación, en un ámbito descentralizado, pueden ser la base de ese proceso.
Finalmente, la tercera cuestión se enlaza con la segunda. Esto, por cuanto la concreción de un proceso que afiance el andamiaje legal y desarrolle ajustes sistémicos al ámbito de la ética de la investigación en salud es una empresa compleja y esforzada. Por ello consideramos necesaria la cooperación de actores clave que permitan afianzar el referido proceso.
En ese sentido el Simposio Internacional: Fortalecimiento de los Comités de Ética en Investigación en el Perú. Comisiones Nacionales de Bioética en América Latina, organizado por el Instituto Nacional de Salud, y realizado el 5 y 6 de agosto de 2010 en la ciudad de Lima, marcó un hito importante para el desarrollo de la agenda sobre las cuestiones éticas concernidas en la investigación en salud en nuestro país, ya que concretó presencias vitalizadoras e innovadoras de expertos latinoamericanos como Susana Vidal, Volnei Garrafa –ambos de la Red Bioética UNESCO– e Ignacio Maglio –Asesor del Comité de Ética del Hospital de Muñiz de Argentina–, quienes plantearon nuevas formas y estilos de abordaje de las cuestiones éticas desde un enfoque de bioética de la protección y derechos humanos.
Dicho enfoque, se caracteriza por la defensa de acciones afirmativas a favor de desamparados, la aplicación y adaptación a conflictos y dilemas morales de la salud pública, y a las especificidades de los “países en desarrollo”. Asimismo, precisa que los conflictos de intereses redundan en otro tipo de conflictos, llamados conflictos morales, y que solo pueden ser resueltos “dando soporte” (protegiendo) a los afectados, reales o potenciales, porque estos no son capaces, por alguna vía de regla independiente de su voluntad, de defenderse solos o porque las instituciones vigentes no les dan el soporte necesario para enfrentar su condición de afectados.
En este contexto, cabe esperar que los nuevos avances en las ciencias biológicas y la biotecnología sirvan para que, con la participación y la cooperación de comisiones nacionales de ética en investigación, el Estado peruano, canalice dichos conocimientos, con el objetivo de beneficiar no solo a las personas que acceden a participar en investigación, sino también de las sociedad en su conjunto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario