viernes, 6 de julio de 2012

Ecobolsas hechas con caña de azúcar

En 2018 está prevista la desaparición de las bolsas de plástico de un solo uso. Por este motivo muchas empresas están trabajando en la producción de alternativas menos contaminantes. Una de ellas es esta nueva bolsa elaborada con caña de azúcar: 100% biodegradable y que se fabrica sin emitir CO2.
El 42% de los españoles utiliza las bolsas de plástico que obtiene en los supermercados para tirar la basura. Si las sustituyésemos por bolsas biodegradables emitiríamos 112.000 toneladas menos de CO2, cifra equivalente al dióxido de carbono que producen los coches que circulan durante todo un año en una ciudad del tamaño de Toledo o Cádiz, según datos de Alfonso Biel, director general Shpere España, empresa especializada en plásticos biodegradables.
Con el objetivo de reducir el impacto ambiental de las bolsas fabricadas con derivados del petróleo, llega esta nueva generación de bolsas ecológicas y biodegradables, hechas con de caña de azúcar.

Adiós a las emisiones de CO2

Las bolsas biodegradables tienen la ventaja de que cuando se acaba su vida útil se pueden tirar a la basura orgánica y se descomponen de forma natural en pocos meses.
La empresa especializada en la producción de plásticos biodegradables, Sphere, ha creado las primeras bolsas de basura elaboradas a partir de caña de azúcar.
Bolsas de basura
Están fabricadas con polietileno vegetal, un bioplástico reciclable que no contamina y que, además, tiene las mismas características, en cuanto a resistencia, flexibilidad, rigidez, elasticidad y dureza, que las que provienen de derivados del petróleo.

La caña de azúcar como materia prima

El ciclo de vida de estas nuevas bolsas de basura genera un 95% menos de emisiones de CO2 que las fabricadas con derivados del petróleo.
La caña de azúcar es una planta que, durante su fase de crecimiento, absorbe una cantidad muy alta de CO2, unas 60 toneladas cada año. Esta cifra compensa los gases de efecto invernadero que se producen durante el proceso de obtención del polietileno –plástico vegetal-.
Por otro lado, los residuos fibrosos de la caña de azúcar, lo que se conoce como bagazo, se utilizan como combustible para generar la energía que necesita la fábrica encargada de la producción de estas bolsas ecológicas.

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