viernes, 6 de mayo de 2011

Mayor inversión en ciencia y tecnología generaría aumento del 4% en el PBI

FUENTE: http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=2005858459513958106


Actualmente Perú invierte 0,15% de su PBI en ciencia y tecnología, mientras que otros países como México, Chile y EEUU invierten en este rubro 0,44%, 0,59% y 2,60%, respectivamente. Considerando que el desarrollo económico y el incremento de la productividad están correlacionados positivamente al desarrollo de la ciencia y tecnología, es necesario tomar medidas simples, concretas y aplicables para iniciar su camino hacia el desarrollo.

En ese sentido, el Instituto de Investigaciones en Tecnoeconomía (Techno-Economy Research Institute - TRI) realizó un análisis del sector y concluyó que aplicando una serie de medidas (que implican un aumento del 50% en el presupuesto destinado a la ciencia y tecnología), en un período de dos años se duplicaría la productividad de las empresas y con ello se podría generar un incremento del 3% al 4% en nuestro PBI.

Si bien se dice que el escaso desarrollo de la ciencia y la tecnología en el Perú, se debe a la baja inversión del Estado en éstas, el TRI recuerda que las economías modernas son dinámicas gracias a la iniciativa privada. El rol del Estado es el de regulador, no el de protagonista. Por tanto, lo que tiene que “despertar” es el interés del sector privado por la ciencia y tecnología. Actualmente no hay estudios muy exactos sobre la participación del sector privado en el desarrollo de la tecnología, pero se estima que es escasamente el 20% del total (0,15% del PBI), es decir 0,03%, mientras que el Estado aporta el otro 0,12%.

Tomando en cuenta lo anterior, el TRI propone cinco líneas de acción – que involucran al sector privado - para iniciar el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país.

1.- Es necesario restaurar el vínculo entre la universidad y la empresa. En realidad en los últimos 40 años no se ha visto ninguna vinculación entre ambos, en el campo de la ciencia y la tecnología.

El TRI propone que las empresas puedan financiar directamente proyectos de investigación científica y tecnológica en las universidades, a cuenta del pago de sus impuestos. Ello considerando que recientemente ya se está permitiendo a las empresas gastar directamente en infraestructura pública a cuenta de sus tributos. Tomemos como ejemplo el caso de la industria de software, que factura más de 150 millones de dólares por año, de los cuales aproximadamente 35 millones se destinan a los impuestos. Esta suma podría ser invertida directamente en proyectos de investigación universitarios para seguir desarrollando la propia industria de software. Este monto puede solventar más de 200 proyectos a un promedio de 175,000 dólares por proyecto. Con 175,000 dólares se pueden constituir equipos de trabajo de 4 a 6 personas y garantizar como mínimo 2 años de investigación.
El ejemplo mostrado se refiere únicamente a la industria del software, pero también está la minería que podría entregar recursos a las universidades para que investiguen sobre temas mineros; o la pesca, los textiles, la agroindustria, entre muchos otros sectores.

2. Se tiene que restablecer obligatoriamente el requisito de tesis (investigación) para obtener el bachillerato y luego el título profesional.

Y es que actualmente la mayoría de las universidades han sustituido las tesis por exámenes de suficiencia académica, que en la práctica supone que una persona se gradúa de profesional por aprender conceptos que se encuentran en los libros. Lo que se requiere son profesionales que sean capaces de mover la barrera del conocimiento a través de las investigaciones. Y las tesis de grado deberían ser aprobadas por la ANR para garantizar la relevancia de los temas; además que los profesionales que sustenten las tesis más importantes deberían ser becados para estudios de post-grado en el exterior y localmente también.

Además, hoy en día sólo el 22% de la población universitaria estudia carreras de ciencias. Para remediar esta situación se debería realizar una campaña que difunda de manera efectiva en los colegios los alcances de la ciencia y la tecnología.
De otro lado, las universidades deberían estar alineadas al desarrollo de las regiones del Perú. Por ejemplo, si Arequipa ha identificado como sus sectores prioritarios la agricultura, el turismo y el sector pecuario; todas las tesis de pre-grado y post-grado de las universidades de Arequipa deberían estar orientadas a éstos sectores como condiciones indispensables para graduar a un profesional de esta región. Esta es la forma cómo se vinculan el Estado, la empresa privada y las universidades.

3. El conocimiento ha dejado de ser monotemático, por tanto las sustentaciones de tesis en una misma profesión carecen de sentido.


Las tesis de grado deberían enfocarse en lograr productos o servicios finales, construidos por un grupo de profesionales multidisciplinarios. Los proyectos por naturaleza han sido desarrollados por grupos de la misma especialidad. Esto es posible en áreas de investigación de mucho nivel; sin embargo, en los niveles que se necesitan para impulsar el desarrollo de ciencia y tecnología en el país y vincularlo con los sectores productivos, es necesario que los grupos sean multidisciplinarios.

La ciencia y tecnología no es prolífica cuando no se crean productos o servicios nuevos; cuando no se innova. Los profesionales deben ser formados para que las investigaciones finalicen en la creación de productos o servicios terminados; para ello, pueden asociarse con instituciones más grandes o empresas interesadas en estas investigaciones.

4. Los científicos peruanos deberían dotarse de mayor emprendedurismo.


Hasta agosto del 2008 el Fondo para la Innovación, la Ciencia y la Tecnología (FINCYT), a través del cual el Estado da subvenciones entre 100 mil a 200 mil dólares para algunos proyectos de investigación, no había gastado más del 40% del presupuesto total porque no se habían presentado proyectos. Si un investigador no puede elaborar un proyecto de 100 mil dólares, tampoco podrá realizar uno de 1 millón y menos de 10 millones.

De otro lado, siempre se espera que el financiamiento sea únicamente para ideas; pero el científico-emprendedor tiene que estar en capacidad de construir sus primeros prototipos o sus primeros diseños, para que el financiamiento sirva para seguir investigando, construir una versión avanzada de su prototipo o inclusive llevarlo a producción masiva. En suma, se requieren científicos más proactivos.
Si bien la tasa de mortalidad de las investigaciones es alta; a través de una buena coordinación y supervisión se pueden lograr 3 proyectos exitosos por cada 10 en los que se invierte.

5. Si no hay producción las investigaciones no servirán de mucho.


Es responsabilidad de las universidades formar profesionales para que puedan culminar el círculo virtuoso de la ciencia y tecnología, que es insertar estos productos en mercados mundiales a través de la producción masiva. El tener estas investigaciones únicamente como prototipos no genera ninguna ventaja científica ni económica al país.

Cabe recordar que los incrementos en la inversión en ciencia y tecnología tienen correlación directa con el incremento de la productividad; si se aumenta el presupuesto de ciencia y tecnología en un 50% en un periodo de uno a dos años, la productividad de las empresas se debe elevar el mismo nivel.

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