viernes, 11 de octubre de 2013

IMPORTANCIA DE LAS “TÉCNICAS DE GRUPO NOMINAL”

POR: UBALDO TEJADA GUERRERO

Muy a menudo y a la hora de iniciar proyectos de investigación en ciencias sociales, surge el acostumbrado debate entre el enfoque cuantitativo vs. cualitativo, tratando de establecer criterios de exclusión entre una y otra aportación, sin considerar que cada una de ellas planea sobre espacios de cobertura diferentes a la hora de explorar la realidad del individuo, grupo u organización / institución que se está diagnosticando.
Los investigadores de la realidad social y de forma destacada los sociólogos y otro nutrido cuerpo, formado por profesionales de diferentes esferas, como economistas (en sus diferentes especialidades) antropólogos, etnólogos, psicólogos y pedagogos, por citar sólo algunos, se han convertido de un tiempo a esta parte, en unos de sus principales valedores, motivo por el que las técnicas de investigación cualitativas parecen desprenderse poco a poco de esa presunta etiqueta de “pseudocientificidad” – siempre presunta – frente a las tradicionales y comúnmente admitidas técnicas de investigación cuantitativas. En otras palabras, todo aquello que no venga soportado por una encuesta o cuestionario, ya no tiene porqué ser considerado como “ciencia de segunda”.
Lo cierto, sin duda, es que a la hora de analizar el debate metodológico de lo cuantitativo frente a lo cualitativo, desde las diferentes perspectivas metodológicas que lo han abordado, se impone una lógica complementariedad metodológica, donde el ser humano es lo primero.
 En este sentido y aunque no tan difundida como otras técnicas de investigación cualitativas (en especial las Entrevistas Cualitativas y Grupos de Discusión) la Técnica de Grupo Nominal, en adelante T.G.N., presenta un conjunto de características propias que la sitúan en un mismo rango de importancia que a las dos anteriores.
 La T.G.N., traducción  del término anglosajón Nominal Group Technique (N.G.T.), se da a conocer en 1.968 con el propósito inicial de procedimentar el desarrollo de reuniones de trabajo y, más concretamente, cuestiones relacionadas con la productividad que atañen a la realización de las mismas. Tiempo más tarde A. L. Delbecq y A. H. Van de Ven (1975) la desarrollan, hasta que J. Rohrbaugh (1981) la aludiera explícitamente bajo la denominación actual.
La T.G.N. basa su coherencia metodológica en la interacción del individuo (referente muestral) hacia el grupo (construcción de un universo espacio – temporal) y nuevamente del conjunto hacia el sujeto, durante el proceso de diagnóstico de una realidad.
Una de las que quizás puede ser una de las principales contribuciones de esta técnica, es su orientación al consenso, en el proceso de diagnóstico y la constitución de grupos de mejora continua en la resolución de conflictos relacionados como, por ejemplo, el trabajo en equipo, o si se quiere y a escala macro, en la mejora del clima laboral de las organizaciones.

En suma, una nueva forma de percibir los fenómenos desde otra perspectiva y, lo que es más importante, un nuevo tratamiento e intervención de los problemas sin la siempre socorrida e “incuestionable” perspectiva cuantitativa, donde el imperio de los números deben ceder paso a la interpretación de los mismos, pero con la acción directa del ser humano, partiendo de la realidad.